La lectura. ¿qué sería de nuestras vidas sin ella? ¿te has preguntado, quizá, qué ocurriría si hubieras dejado de sumergirte en incontables universos paralelos? Posiblemente tu vida hubiera sido muy diferente, porque, aunque no nos demos cuenta, siempre nos marcarán las malas decisiones y las torpezas de los personajes de nuestros libros favoritos. Por eso mismo, el leer es un placer al que todos deberíamos tener acceso por voluntad propia, del que todos deberíamos disfrutar sin vergüenzas o remordimiento. El leer no es motivo de risa, y no por ello de seriedad. Es una acción de nuestra rutina como otra cualquiera, y no debemos destacarlo por el hecho de que muchos no hayan podido, si quiera, poder <<degustar>> un buen libro.
En el colegio siempre nos han obligado a leer interminables libros sobre temas filosóficos, históricos, fantásticos…pero, ¿qué ocurre si no nos gusta ese tipo de lectura? El hecho de que nos obliguen no va a hacer que nos guste más la lectura; todo lo contrario, nos retrae hacia ella.
Por eso se me ocurre la frase: No culpemos al lector por no saber leer; culpémoslo por no saber escoger.
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